Sus orígenes se remontan a la era romana, época en la que una villae se situó en las cercanías de la Coronada. Algunas monedas y tinajas son testigos de su antigüedad, junto a columnas de mármol y sillares de granito. Apartede estos poblamientos de no mucha importancia, no existen vestigios de habitación posterior hasta la incorporación de estas tierras a la corona castellana por Alfonso X.
Existen indicios de ocupación humana alrededor de 1500 años a. de C. (Edad del Bronce), en varias cistas localizadas en la Sierra del Cuchillar, la Joya, la Cañada de los Domínguez y la Cerca del Cojo.
Sus orígenes se remontan a la era romana, época en la que una villae se situó en las cercanías de la Coronada. Algunas monedas y tinajas son testigos de su antigüedad, junto a columnas de mármol y sillares de granito. Aparte de estos poblamientos de no mucha importancia, no existen vestigios de habitación posterior hasta la incorporación de estas tierras a la corona castellana por Alfonso X.
Una leyenda basada en resquicios etimológicos hace originario el nombre de la Corte del rey Azor, un cabecilla árabe que se independizó en tiempos de los reinos de Taifas.
Cuenta otra leyenda que en el reparto de tierras llevado a efecto por el rey castellano entre los caballeros que le ayudaron, se encontraban los hermanos Palomero a los que les tocó en parte “el territorio que media desde lo alto de la Cruz del Palomar hasta la cordillera de sierras que separan los términos de Aracena e Hinojales por aguas vertientes”. Ambos se repartieron el terreno y fundaron las actuales cortes de Corterrangel y Cortelazor. La primera obtuvo su nombre de uno de los hermanos. La segunda de su ubicación efectuada al azar (Corte al azar).
Existe otra versión respecto a la procedencia del nombre, que es la aportada por Rodolfo Recio que origina la Corte del Azor, como corte cercana al monte Azor, que aparece en algunos mapas de la época.
La etimología del nombre y algunos documentos del siglo XVII conducen a pensar que “lacorteelazor” hace referencia a la cetrería que se cree que fue importante en el lugar.
Situado su nacimiento a mediados del siglo XIII, en las cercanías del pueblo se construyó la ermita de la Coronada, una de las cuatro primeras de la Sierra junto a las de Santa Marina (entre Valdezufre y Jabuguillo), la de San Bartolomé (en Alajar), y la del castillo (en Aracena). Cortelazor la Real fue aldea de Aracena hasta que en 1631, por Felipe IV le fue concedida la exención de la villa de Aracena en virtud de los autos del concejo. Título que en 1818 confirmaría Fernando VII.
Durante el periodo de dependencia se produjo un notable crecimiento de la población que ya en el siglo XVI se consideró suficiente para decidirse la construcción de una iglesia en su casco urbano. La iglesia de Nuestra Señora de los Remedios se comenzó a construir en 1565 y desde entonces será llamada a albergar el centro del pueblo. Para entonces existían ya las calles más antiguas del pueblo como “ la Fuente ”, “ la Mesa” y “el Barrio Abajo”.
Las reuniones del Concejo de la villa, al no existir casa consistorial se llevaban a efecto en el olmo emblemático que adorna el centro del pueblo y al que se le calculan alrededor de los novecientos años de antigüedad, y cuando llovía, en la casa de un vecino apellidado Bejarano, hasta que en 1796 se inician las obras del primer Ayuntamiento.
De esta época data también la familia hidalga de los Tovar cuyo escudo adorna la fachada de la Iglesia y el lateral del Ayuntamiento.
La situación limítrofe entre España y Portugal de la zona y la desprotección del núcleo urbano de Cortelazor la Real no permiten un desarrollo demográfico adecuado por lo que su población no experimenta ningún tipo de crecimiento durante el siglo XVII y la primera mitad del XVIII.
En 1643, el concejo local se dirige al maestre de Sevilla, solicitando milicias contra las correrías portuguesas.
La segunda mitad del siglo XVIII sí que sería más proclive al incremento de población y a partir de 1757, se produce una lenta progresión en el número de habitantes hasta que en 1887 se llega a la máxima población de la localidad acercándose a los 1000 habitantes.
De 1748 data el cuadro de la Divina Pastora que Alonso Miguel de Tovar donara a la villa y que se conserva en la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios.
La economía de Cortelazor la Real tenía su base en el aprovechamiento de los recursos agropecuarios del término, y en la producción a pequeña escala de corcho, olivos y viñedos. Aunque sus tierras no son de gran calidad para la agricultura, sí que son buenas para la manutención de una importante cabaña de ganado tanto de cerda como cabrío. También el carboneo, para satisfacer las necesidades de un entorno más volcado hacia la minería, contribuyó a completar el cuadro de la actividad económica del término.
El siglo XX se inicia en Cortelazor la Real con un nuevo descenso poblacional que se verá fuertemente acentuado a partir de la Guerra Civil, como en toda la comarca, y en la década de los cincuenta. Sin embargo, en 1923 se creó el Cuartel de la Guardia Civil y es en 1934 cuando se construye el nuevo Ayuntamiento. Este hecho no evita el fuerte éxodo rural que solo se verá frenado en los años noventa. El propio cuartel creado en los años 20 desaparecerá en la década de los 80.
La luz eléctrica llegó al pueblo en el primer cuarto de siglo y su instalación supone, como en todos los lugares en que ocurrió, la subida al carro del progreso. Se transforman los hábitos y las posibilidades.
El carácter de pueblo pequeño se ve reflejado en una figura que en los años 59-60 pretende desde su posición de dominio eclesiástico movilizar a la gente para conseguir el teléfono y distintos arreglos en la iglesia y en los caminos. Este personaje es el cura Villaldea (el padre José Luis Bernabéu Amo), ensalzado por unos y observado con recelo por otros, fue capaz de aglutinar a la población bajo el interés común, de su mano nació la revista Villaldea que fue el primer periódico local de Cortelazor la Real .
De la década de los 50 es el edificio de las escuelas que se acometió con el plan de Escuelas Nacionales, así como el puente del camino de Corterrangel. En 1951 se construyó el lavadero público de 16 pilas, que aún se conserva.
Actualmente el crecimiento del casco urbano, debido a un abandono progresivo de la vida en caseríos dispersos, ha contribuido a crear una mejor infraestructura que permita esperanzas de desarrollo. A la economía basada en la cabaña ganadera impulsada por la demanda de productos del cerdo ibérico se une el auge de la construcción, junto con la posibilidad de realizar otros trabajos en pueblos cercanos. El fácil acceso a centros más desarrollados de la comarca hace que Cortelazor la Real se convierta en lugar atractivo para residir.
El turismo rural también ha abierto una nueva vía de recuperación económica junto a la recolección de frutos naturales de la sierra como setas, castañas, espárragos, etc.
En la actualidad
El Ayuntamiento de Cortelazor la Real se encuentra situado en la Plaza de Andalucía, nº 1, 21208 - Cortelazor la Real (Huelva). El teléfono de contacto es: 959 124 032.
El municipio se encuentra en pleno corazón del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche
El Ayuntamiento de la Cortelazor la Real gestiona, entre otros servicios, la Casa de la Cultura, la biblioteca municipal, el centro Guadalinfo y el polideportivo, además de eventos tales como el Certamen Nacional de Pintura al Aire Libre.